Este año, tras cinco años de trabajo centrado exclusivamente en lo deportivo, el Proyecto
Cárceles de Quebracho dio un paso fundamental en su misión de rehabilitación e integración social, con la incorporación de un espacio socio-educativo. La nueva propuesta
combina la formación en valores, habilidades socioemocionales y orientación laboral con el
deporte, ofreciendo una intervención integral para los privados de libertad.
El programa está estructurado en seis horas semanales de talleres, divididos en cuatro
módulos que se desarrollan de lunes a jueves. Cada módulo abarca una temática específica
y es coordinado por profesionales y voluntarios comprometidos con la causa.
Los lunes está dedicado a un taller de valores, facilitado por Franco Casella, psicólogo y
coordinador del proyecto en la cárcel, junto con Tomás Croce, quien es el referente del
grupo y también imparte otro taller los jueves. Este espacio busca fortalecer los principios
éticos y morales de los participantes, promoviendo el compañerismo, la empatía y la
reflexión en torno a las decisiones que han marcado sus vidas. Voluntarios también se
suman a esta instancia, aportando su experiencia y apoyo.
Los martes, se aborda el desarrollo de habilidades blandas y fortalezas personales a través
de un enfoque socioemocional. Este taller es impartido por una dupla de facilitadores del
programa “Jóvenes Fuertes”, quienes ya trabajan en la Cárcel de Mujeres y se han sumado
a esta nueva iniciativa. Durante estas sesiones, los participantes exploran su interior,
identificando sus emociones y aprendiendo a gestionar sus reacciones de manera positiva.
Los miércoles están reservados para talleres de orientación laboral. Inicialmente, Alejandro
Fynn, otro psicólogo del equipo, se enfoca en la parte vocacional, explorando aptitudes e
intereses individuales. En una segunda fase, la empresa Teyma tomará la posta con un
enfoque más práctico, enseñando a los internos a redactar currículums y a prepararse para
entrevistas laborales mediante ejercicios de rol.
Finalmente, los jueves son días de evaluación y reflexión. Tomás conduce estas sesiones,
donde se repasa todo lo aprendido durante la semana y se realizan actividades de
mindfulness y meditación para fomentar la introspección y la calma mental.
Además de los talleres, el deporte sigue siendo una pieza clave del proyecto. El boxeo
continúa siendo una herramienta poderosa para el desarrollo físico y emocional, con
entrenamientos los lunes, miércoles, viernes y al finalizar los talleres de cada día.
Este programa piloto de tres meses apunta a ser anual en 2025, proporcionando un espacio
continuo de desarrollo personal para los privados de libertad, combinando lo mejor del
deporte y la educación para facilitar su reinserción social.
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