Nahuel Bica pasaba sus días “casi que aislado” en su cuarto. A veces con su computadora, otras veces jugando videojuegos. Él mismo admite que tenía pocos vínculos, poca vida social. En 2018 se unió a Quebracho y descubrió allí “una familia”. Contó que al ingresar hace tres años pudo crear “vínculos fuertes”, tanto con los trabajadores como con sus compañeros.
Quebracho lo motivó también a estudiar y formarse. Los trabajadores que estuvieron a su lado y lo acompañaron le hicieron ver que podría formarse y vivir de lo que le gusta. Hoy, con 18 años, estudia en la Escuela Superior de Informática, y ya está cursando su segundo año de bachillerato tecnológico. En paralelo, estudia inglés particular con una beca que obtuvo a través de Quebracho.
Además, hace poco tiempo comenzó un curso que le permitirá seguir aprendiendo sobre lo que estudia y reforzar su formación. Se trata de un curso de desarrollo web, financiado por un voluntario de Quebracho que, al ser un empresario de esa industria, se mantiene en contacto con Nahuel para estar enterado de los avances e inconvenientes que puedan presentarse.
En la actualidad, el curso funciona de forma virtual, con clases grabadas y mucho material práctico. “Esto tiene la ventaja de que puedo acoplar mis horarios para poder seguirlo, suelo dedicarle entre 9 y 10 horas semanales y a veces hasta 12”, dijo con mucho entusiasmo. “El curso me gusta, es muy dinámico, el profesor explica bien y usa ejemplos y proyectos reales”, resaltó.
Nahuel se imagina a futuro como desarrollador web. Lo tenía en mente desde antes de iniciar el curso, y eso fue lo que lo “terminó de convencer”, aseguró.
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