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La “vuelta a casa” de Daniel Pereira


El joven, que hoy tiene 17 años, se integró a Quebracho hace tres. Conoció el Centro Juvenil y Deportivo a través de un compañero de la UTU, que le comentó que allí podría practicar boxeo. Daniel Pereira ya hacía kick boxing en otro lugar, y abandonó para seguir la recomendación de su compañero. 


Comenzó clases de boxeo en la sede de Nicolich en 2017, pero un año y medio después su vida dio un giro radical. Empezó a interesarse menos por sus actividades en Quebracho y más por la calle. Abandonó sus estudios y, en la calle, comenzó a consumir drogas. 


En seguida sonaron las alarmas en nuestro Centro Juvenil y Deportivo, que buscó ayudarlo y reintegrarlo. Contactos con su familia, charlas con sus padres y con Daniel mismo, que dieron sus frutos. “Volví, me dieron buena atención, me apoyaron un montón, movieron muchísimas cosas para que yo pueda estudiar”, contó Daniel, quien en ese período de “malos pasos” había también abandonado los estudios. 


El joven valoró también el apoyo de sus padres, quienes mantuvieron contacto con Quebracho y supieron escuchar y tomar los consejos de nuestro equipo en todo momento. 


Juan Carlos, padre de Daniel, se mostró muy agradecido con el Centro, y opinó que ayuda a “sacar” a los jóvenes de la calle, “cambiarles la mente, instruirlos, darles una herramienta muy importante, con la cual hoy por hoy cuando llegan a los 18 años tienen la capacidad o las armas que precisan para afrontar la vida. Quebracho les brinda eso, no solo las armas sino el apoyo, a los jóvenes y a los padres”.


“Yo he visto en mi hijo un cambio total, de un 100%. Es bueno. El personal siempre con ese espíritu de compromiso. Es muy bueno lo que hacen, y lo hacen de corazón”, dijo Juan Carlos.


Daniel se siente contento, motivado, y disfruta mucho del boxeo. Él mismo dice que se tiene fe en ese deporte. Se muestra muy agradecido con Quebracho Nicolich, un Centro que define como su “segunda casa”


Hoy, tiempo después de su vuelta “a casa”, aspira a ser “un referente” para el resto de los jóvenes de Quebracho. “Dar el ejemplo, contarles mi historia y que sepan que Quebracho es mucho. Que aprovechen el tiempo. Estoy muy agradecido, la verdad”, expresó el joven. 


Además de ayudar a Daniel, Quebracho Nicolich también le brindó oportunidades a su padre, quien en más de una ocasión contribuyó con el arreglo de computadoras y otras tareas técnicas. Además, hoy realiza trabajos por fuera del Centro. 

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