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Conservar y conocerse

La Universidad Tecnológica del Uruguay (UTEC) invitó a los padres de Quebracho a realizar un curso online gratuito para aprender a cocinar conservas de alimentos. Desde Quebracho Nicolich se sumó Mónica, de 43 años, quien además de ser la madre de uno de los jóvenes que asisten al centro juvenil y deportivo, trabaja como tallerista en esa sede.

A Mónica siempre le gustó la cocina y eso fue lo que estudió en la UTU. Pero egresó hace más de 20 años y desde entonces no retomó esa actividad. El curso de conservas era la excusa perfecta para volver. “Lo hice y me copé”, contó. Participó desde su casa, miró los videos y aprendió, a lo largo de los cinco módulos del curso, sobre rotulación de envases, higiene, entre otras cosas. Lo valoró como una experiencia muy positiva.

También se sumó Marta, de 35 años, mamá de Sofía, una de las más recientes incorporaciones de Quebracho Aeroparque. Al poco tiempo de inscribir a Sofía en el centro, a Marta se le ofreció un trabajo allí, en la parte de la cocina.

Los funcionarios de Quebracho Aeroparque tuvieron la idea de ofrecerle a algunos padres que tenían dificultades para conectarse y seguir el curso de conservas desde sus casas, reunirse en la misma sede y hacerlo desde allí. Marta fue una de las que aceptó esa invitación y, además de los aprendizajes técnicos, valoró haber podido conocer a otras familias y ayudarse unos a otros.

Mónica y Marta son dos mujeres muy cercanas a Quebracho y a nuestros jóvenes. En el caso de Mónica, tres de sus hijos ya egresaron de la sede de Nicolich, y el cuarto y más chico entró el año pasado. Su familia es parte de nuestra historia desde hace cinco años. “Es toda una historia de vida Quebracho para nosotros. Familiar, muy unido”, dijo. Y agregó que “es una ayuda muy buena para el barrio”.

La incorporación de Marta en Quebracho Aeroparque es más reciente. Empezó a trabajar allí en época de pandemia, el año pasado, pero ya se siente parte. “No tengo mucho más que agradecimiento, porque me dieron una oportunidad laboral cuando yo lo necesitaba”, expresó. Contó además que al principio había timideces, pero ahora los jóvenes ya la saludan, la llaman por su nombre y le preguntan qué preparó para la merienda.

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